Los números de la manipulación

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Asi nos ven....

sábado, 27 de junio de 2015

La ilusión de los sentidos




...lo fácil que podemos ser engañados...

   Descartes era un filósofo francés que aportó cosas muy interesantes. El fundamento de su filosofía se basaba en la duda. Decía que no se podía fiar de sus sentidos, por ejemplo, porque muchas veces nos engañaban. Y si algo nos engaña una vez puede que nos engañe varias o todas las veces. Por lo tanto no podemos tomar en cuenta como certezas lo que nos dictan nuestros sentidos. Esto es muy importante para el Mundo Matrix, la falsa apariencia de las cosas y del creer muchas veces en todo lo que nos rodea sin cuestionarnos nada. Al individuo sistemico no le preocupa para nada la filosofía Descartiana, bastante tiene en su día a día con lidiar con su fatal destino. 
   En resumidas cuentas el fundamento de la duda cartesiana es la siguiente :

1. La duda

Descartes dedicará la primera meditación a examinar los principales motivos de duda que pueden afectar a todos sus conocimientos.
A) Los sentidos se presentan como la principal fuente de nuestros conocimientos; ahora bien, muchas veces he constatado que los sentidos me engañaban, como cuando introduzco un palo en el agua y parece quebrado, o cuando una torre me parece redonda en la lejanía y al acercarme observo que era cuadrada, y situaciones semejantes. No es prudente fiarse de quien nos ha engañado en alguna ocasión, por lo que será necesario someter a duda y, por lo tanto, poner en suspenso (asimilar a lo falso) todos los conocimientos que derivan de los sentidos. Puedo considerar, pues, que no hay certeza alguna en esos conocimientos, y considerar falsos todos los que se deriven de los sentidos.
B) Sin embargo, podría parecerme exagerado dudar de todo lo que percibo por los sentidos, ya que me parece evidente que estoy aquí y cosas por el estilo; pero, dice Descartes, esta seguridad en los datos sensibles inmediatos también puede ser puesta en duda, dado que ni siquiera podemos distinguir con claridad la vigilia del sueño, (lo que nos ocurre cuando creemos estar despiertos o cuando estamos dormidos). ¿Cuántas veces he soñado situaciones muy reales que, al despertarme, he comprendido que eran un sueño?. Esta incapacidad de distinguir el sueño de la vigilia, por exagerado que me parezca, ha de conducirme no sólo a extender la duda a todo lo sensible, sino también al ámbito de mis pensamientos, comprendiendo las operaciones más intelectuales, que en absoluto parecen derivar de los sentidos. La indistinción entre el sueño y la vigilia me lleva a ampliar la duda de lo sensible a lo inteligible, de modo que todos mis conocimientos me parecen ahora muy inciertos.
C) Aun así, parece haber ciertos conocimientos de los que razonablemente no puedo dudar, como los conocimientos matemáticos. Sin embargo Descartes plantea la posibilidad de que el mismo Dios que me he creado me haya podido crear de tal manera que cuando juzgo que 2+2 = 4 me esté equivocando; de hecho permite que a veces me equivoque, por lo que podría permitir que me equivocara siempre, incluso cuando juzgo de verdades tan "evidentes" como la verdades matemáticas. En ese caso todos mis conocimientos serían dudosos y, por lo tanto, según el criterio establecido, deberían ser considerados todos falsos.
D) Sin embargo, dado que la posibilidad anterior puede parecer ofensiva a los creyentes, Descartes plantea otra opción: la de que exista un genio malvado que esté interviniendo siempre en mis operaciones mentales de tal forma que haga que tome constantemente lo falso por verdadero, de modo que siempre me engañe. En este caso, dado que soy incapaz de eliminar tal posibilidad, puesto que realmente me engaño a veces, he de considerar que todos mis conocimientos son dudosos. Así, la duda ha de extenderse también a todos los conocimientos que no parecen derivar de la experiencia.
La duda progresa, pues, de lo sensible a lo inteligible, abarcando la totalidad de mis conocimientos, a través de los cuatro momentos señalados anteriormente. No sólo debo dudar de todos los conocimientos que proceden de los sentidos, sino también de aquellos que no parecen proceder de los sentidos, ya que soy incapaz de eliminar la incertidumbre que los rodea.


    La duda cartesiana se asemeja mucho a la realidad que vivimos. Nunca podemos estar seguros de lo que nos rodea es la verdad. Nunca podemos saber si lo que nos dicen los poderes del mundo es la certeza de las cosas.
  Existe una regla para descubrir el engaño? No, no la hay. Solo estudiar los hechos y ver que después de varias observaciones nos daremos cuenta que todo sigue un patrón, una vez que descubrimos sus reglas todo es más facil.
  Se que muchas personas que lean esto no les importará. Seguro. Y lo entiendo. Demasiados problemas en su cabeza como para interesarse en estas cosas. Pero lo que es seguro, es que muchos de esos problemas son causados por esa rueda superior y lo tomamos como natural, como que las cosas son "asi".
  Saquémonos las vendas que nos han impuesto desde hace siglos y de paso saquemos a relucir sus verdaderos intereses. Esos intereses que rigen nuestras vidas.

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